Constantemente la gente me
pregunta ¿Cómo soy tan feliz? incluso algunos de mis amigos han tenido la
ocurrencia de hacer un “evento” en Facebook titulado. “Marcha para que la Romideje bendiciones para el resto de los mortales”, esto me llevo a meditar en
cuanto al tema y debo afirmar que soy muy bendecida e inmensamente feliz y
aclarar que esto no significa que estoy exenta de desafíos, adversidad e
incluso tristezas, porque vaya que he tenido algunas bastante profundas, pero
¿saben? son muchas de esas cosas aparentemente negativas, las que han llegado a
ser grandes oportunidades para crecer, forjar y pulir mi carácter.
Primero: Lo importante es
saber cómo funciona, no porque otro sea “más feliz” significa que yo seré
“menos feliz, todos podemos ser felices sin medida, la buena noticia es que las
“bendiciones” o la “felicidad” son un recurso inagotable, por lo que estas alcanzan
para todos los que quieran, ¡JAMÁS! Deben “competir” o pensar absurdamente que
es algo que deben quitar a otros para poder tenerlo. La cosa no funciona así,
personalmente creo que la fórmula más efectiva de hallar felicidad es,
despojándonos, poner todo de nosotros para servir y dar felicidad a otros, es
un efecto casi mágico, en donde mientras más pierdes, más ganas, lo maravilloso
es que al vivir así, crecen y se desarrollan en nosotros otras cualidades,
entre ellas, el amor, la fe y la gratitud. Es como un círculo en donde todas
van relacionadas y cuando una de estas cualidades aumenta en nosotros, todas
las demás crecen conjuntamente.
Segundo: La felicidad es una
decisión consiente, quizá eso explica porque la mayor parte del tiempo
pareciera que mi felicidad es “mayor” a la del “común” de las personas, no
necesariamente porque así sea, sino porque decido ser feliz como un estado
interno, que no depende necesariamente de las circunstancias en las que me
encuentre, ni menos de otros. Como leí en un mensaje inspirador “La vida es buena si vivimos para que lo
sea”. Lo que ese mensaje llama “una vida buena” viene a ser el resultado de la
manera en la que hacemos las cosas, de las palabras que elegimos decir e
incluso de la clase de pensamientos que elegimos tener. Ciertamente el ser
felices depende de nosotros en gran medida y llega a ser un estado del alma.
Una forma de vivir.
Tercero: Una actitud de
gratitud es fundamental, A veces pensamos que el ser agradecido es lo que
hacemos después de que se resuelven nuestros problemas, o aquello que
reconocemos cuando nos sentimos felices por algo puntual, si nuestro
sentimiento de gratitud sólo es proporcional al número de “cosas” que podamos
contar, quizá esta sea una perspectiva equivocada, he aprendido que lo
importante es aprender a estar “agradecidos en nuestras circunstancias”, parece
algo imposible en tiempos de problemas, tristezas o dificultades, pero déjenme
decirles que estos desafíos siempre vendrán, sin embargo, es justamente en
medio de ellos, en donde más podemos descubrirnos, aprender y fortalecernos y
de manera muy personal, es en muchas de esas circunstancias, en donde he
aprendido que Dios está a solo un delgado velo de nuestros ojos y su amor se
haya en aquellas pequeñas cosas que a veces la tribulación no nos permite ver,
esos pequeños rayos de luz que a diario bendicen nuestra vida y hasta donde yo
sé, el sol siempre está en el mismo lugar, todos los días, si aún aquellos más fríos
y oscuros, en donde las nubes o la oscura noche, solo no nos dejan ver que está
ahí. Muchos pueden pensar que, “ver el vaso medio lleno” es una actitud
conformista, pero el mostrar gratitud en medio de nuestros desafíos o tristezas
no significa que estamos complacidos con esas circunstancias y que debemos
permanecer ahí; lo que sí significa es que mediante los ojos de la fe podemos
ver más allá de nuestras dificultades actuales y será esta actitud la que sane
el corazón y ensanche la mente permitiéndonos tener una visión más amplia y
saber ser felices en nuestras circunstancias.
En definitiva lo que quiero
compartir con ustedes no es una "fórmula para la felicidad" sino, mi
convicción de que no importa lo que ocurra, ser felices no es solo nuestro
destino, si no el camino mismo hacia nuestro éxito, por lo que siempre podemos
volver a comenzar, llorar, secar nuestras lágrimas, levantar nuestra cabeza,
abrazar un árbol, poner nuestra canción favorita a todo volumen o bailar bajo
la fría lluvia para que nos despierte y entendamos que TODOS PODEMOS Y DEBEMOS
SER FELICES.
Con todo mi amor.
Romi <3
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ResponderEliminarQué interesante su reflexión Profe!! Tanto tiempo invertido en buscar la felicidad y en definitiva no hay nada que buscar, solo dar, compartir y agradecer !
ResponderEliminarHoy agradeceré su clase de maquillaje y este artículo!